Usando a la niñez para ganar votos…
Por Stef Arreaga
En medio de este proceso electoral, se ha visto cómo varios partidos políticos utilizan a la niñez y adolescencia como objetos para campañas políticas. A pesar de ello, existe una falta de leyes que regule este mecanismo propagandístico. El Tribunal Supremo Electoral asegura no tener la competencia para regular esto, mientras la Procuraduría de los Derechos Humanos y La Coordinadora Institucional de Promoción por los Derechos de la Niñez, ven con preocupación que usen a las y los menores y vulneren sus derechos, contemplados no sólo en leyes internacionales, sino en la Ley de Protección Integral de Niñez y Adolescencia (PINA), que vela por la garantía de los derechos de la niñez guatemalteca.
La Procuraduría de los Derechos Humanos, a través del defensor de niñez y adolescencia, Oscar Rodríguez, en función de sensibilizar a partidos políticos, candidatos y candidatas, y a la sociedad en general, recomienda la no incorporación de la imagen o presencia de niñas niños y adolescentes, empleando un enfoque adultocéntrico, en donde figuran como personas secundarias — porque no votan — , proyectándoles como “futuro de la nación”… Más bien, el defensor insta a promover, respetar, proteger y garantizar todos los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes: protagonistas sociales en igualdad con los demás, en el presente de todas y todos dentro de nuestra sociedad. Teniendo el derecho de aportar, opinar e involucrarse en los asuntos que les afectan o conciernen.
Nos comunicamos con la unidad jurídica del Tribunal Supremo Electoral, quienes afirman: “en este caso, el Tribunal no ve esa parte, la ley Electoral y de Partidos Políticos no hace referencia a este extremo. Respecto a campañas políticas y su contenido, en donde involucran menores, quienes podrían tener intervención es la PDH, medios y fondos. Este tema no es materia del TSE”.
En redes sociales, La Coordinadora Institucional de Promoción por los Derechos de la Niñez — Ciprodeni — hizo un comentario sobre una noticia del 24 de septiembre del 2018, acerca de una entrevista al diputado Estuardo Galdámez, de FCN Nación, en referencia a una compra de una mesa de trabajo para el Congreso, por más de once mil dólares. El diputado indicó que ese es un “gasto infantil” en comparación al gasto que van a hacer en el hemiciclo. Ciprodeni hizo el análisis de estas declaraciones concluyendo que Galdámez utiliza el término “infantil” para decir “insignificante”. A pesar de ello, en campaña electoral Galdámez se muestra en varias fotografías con menores, pero con un discurso carente de propuestas en cuanto al tema de niñez y adolescencia. Recientemente, en su cuenta de Twitter escribió:
No es el único candidato con campañas políticas que utilizan la imagen de niños y niñas. Los partidos FCN, UNE, UCN, Todos, Humanista y Encuentro Por Guatemala, han incurrido en este tipo de actos, según Ciprodeni. En sus páginas sociales y gigantografías se les observa ese “lado humano” besando, sonriendo, abrazando y haciendo los símbolos de sus partidos con sus pequeñas manitas, convirtiéndolos en objetos de publicidad.
El defensor de niñez y adolescencia, también refiere que “atendiendo a la situación precaria por la que atraviesa la niñez y la adolescencia, resulta necesario que partidos políticos incorporen dentro de sus planes de gobierno, políticas de protección integral de la niñez y la adolescencia, por medio de las cuales podrían proponerse soluciones concretas y estructurales.”
Las y los candidatos deben saber que los niños y niñas son “sujetos” de derecho y no “objetos” de protección, incapaces de tener injerencia en el mundo. Lo que significa que debe reconocérseles como sujetos con opinión, con capacidad de tomar decisiones, propositivos y merecedores de consideración, respeto y autonomía.
Esta situación incluso puede rayar en el colmo más irónico. Según una investigación de Plaza Pública, Edmond Mulet, candidato por el partido Humanista y exsecretario general adjunto de la ONU, formaba parte de una red de adopciones a principios de los 80, gracias a sus oficios de abogado. En 1981 fue detenido, acusado de haber vulnerado las leyes de adopciones del país: sacaba a los bebés como “turistas”. Mulet dijo que no eran adopciones, dijo que había motivos humanitarios de fondo, misma declaración que sigue sosteniendo en entrevistas recientes. Plaza Pública menciona que, según un miembro de la Fiscalía Especial sobre adopciones, su método evadió los controles y desamparaba a los niños. No hubo condenas, ni juicios.
Hasta el sol de hoy, Mulet continúa viendo a la niñez guatemalteca como objetos para su beneficio profesional o político y, peor aún, publicando fotografías en las que normaliza el trabajo infantil. En Guatemala, según la Encuesta de Condiciones de Vida 2014 (Encovi) se registraron 790 mil 243 niños y adolescentes trabajadores.
Mulet tiene en sus redes sociales visitas a distintos centros educativos. Lo que también se convierte en una crítica para las autoridades de estos establecimientos, que permiten que un candidato se presente ante los menores de edad a hacer proselitismo.
Las recomendaciones por parte de la defensoría de niñez y adolescencia de la PDH, para la inclusión de la niñez y la adolescencia en las campañas políticas, son las siguientes:
1. Que la opinión de niñas, niños y adolescentes sea tomada sea tomada siempre en cuenta, conforme a su edad y desarrollo. Esta opinión deberá ser emitida en libertad y sin manipulación alguna.
2. Para los casos de entrevistas, participaciones en eventos, o la utilización de la imagen de niñas, niños o adolescentes por cualquier medio (fotografías, videos, internet, redes sociales) debe contarse con la autorización de las mismas niñas, niños y adolescentes y de sus familiares responsables de su cuidado. Este permiso requiere una explicación previa, con lenguaje claro y sencillo, del uso o propósito del mensaje en el que participará, y está sujeto a condiciones lógicas de protección integral, en función de la no exposición a situaciones que signifiquen un riesgo para su vida o integridad física o emocional.
3. Promover la inclusión de todos los derechos y problemáticas de niñas, niños y adolescentes en la agenda pública partidista y mediática; tomar en cuenta que los mejores expertos en su situación dentro de sus comunidades son ellas y ellos mismos.
4. Promover y respetar la identidad cultural y lingüística de la niñez y adolescencia de los pueblos indígenas, tomando en consideración sus opiniones respecto a problemáticas particulares.
5. La publicación o divulgación de imágenes, datos o información que facilite su identificación directa o indirecta, sin su autorización y la de una o un adulto, puede constituir una amenaza para los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes.