San José Calderas, una aldea olvidada y una laguna en peligro
Fotoreportaje: David Toro
San José Calderas está ubicada en las faldas del volcán de Pacaya, resguarda una laguna que corre peligro ya que algunas empresas usan indiscriminadamente el agua , esto pone en riesgo el futuro de sus habitantes, ya que de esto depende buena parte de la economía.
A unos 50 km de la ciudad de Guatemala se encuentra San José Calderas, una pequeña aldea del municipio de Amatitlán, con una sola escuela primaria, dos iglesias católicas y al menos cinco cantinas. En el corazón de esta comunidad está la Laguna Calderas.
A unos 50 km de la ciudad de Guatemala se encuentra San José Calderas, una pequeña aldea del municipio de Amatitlán, con una sola escuela primaria, dos iglesias católicas y al menos cinco cantinas. En el corazón de esta comunidad está la Laguna Calderas.
La Laguna les ha dado alimentos, según lugareños hay variedad de peces, el agua es cristalina y también es utilizada para los sembradillos de autoconsumo según nos cuenta Don Leonardo Peralta Sirín. El trabaja como fontanero y es parte del Consejo Comunitario de Desarrollo Urbano y Rural (cocode).
Don Leonardo está preocupado, ya que otras 16 aldeas están utilizando el agua de la Laguna y el volumen del agua ha disminuído considerablemente. Según varias personas el problema más grande es que “en algunas aldeas están usando el agua de la laguna para riego de grandes cultivos de empresas, que se llevan las cosechas para comercializarla en grandes cantidades” dice, mientras finaliza el repello de una pared en su terreno, a la orilla de la laguna.
Diferentes generaciones viven gracias al agua de Calderas, Don Julian de 92 años ha vivo los estragos que el Volcán de Fuego ha realizado en San José durante sus diferentes momentos de la historia, cuenta.
Actualmente los miembros del Cocode de San José Calderas, enfrentan una demanda interpuesta por la alcaldesa municipal de Amatitlán, Mara Marroquín. Fueron demandados hace cuatro meses, por supuestamente prohibir el acceso al agua de otros vecinos. Los vecinos dicen que solamente se oponen a la utilización del agua para el riego de grandes empresas agrícolas y ganaderas que no cuidan la laguna, y que no se niegan al uso para el autoconsumo de las aldeas colindantes.
Los vecinos cuentan con lavaderos para no ir directamente a la laguna. Hace 50 años pactaron con las municipalidades que tienen jurisprudencia sobre este territorio para le dieran mantenimiento a los drenajes y la instalación de bombas de agua, todo con la intención de no contaminar y desabastecer la laguna.
La gente en este lugar, dice que se han sentido “borrados del mapa”, esperan que la problemática del agua sea solventada para poder mantener su forma de vida.