Otro proyecto de solidaridad que brinda un plato de comida en el centro histórico
Por Nelton Rivera
En el centro histórico de la ciudad de Guatemala hay muchas personas buscando ayuda y comida. La necesidad se ve reflejada en muchísimos rostros de hombres, mujeres, ancianos y niños, pidiendo en las calles, algunas de estas personas portan banderas blancas a la espera de un gesto de solidaridad.
Desde que entró en vigencia el decreto 6–2020 el 5 de marzo, que declaró estado de calamidad por el primer caso de COVID-19, hasta a la fecha muchas familias han sido impactadas por la crisis económica en el país. Muchas personas no pueden salir para trabajar y otras perdieron sus trabajos por el toque de queda y la falta de transporte, en esas circuntancias los alimentos comenzaron a escasear en sus hogares, no hay dinero para comprar más.
A un costado del Palacio Nacional de la Cultura (Guacamolón) se forma una larga fila de personas afuera del bar “Los Faroles” y de un café, los propiestarios abren todos los días a las 13:00 horas y sirven unos 325 platos de comida a igual cantidad de personas que esperan, una a 1 metro de la otra, a lo largo de la cuadra de la 6ª calle a 7ª calle, sobre la 7ª avenida de la zona 1.
El viernes 30 de abril, pasada la media hora de las 13:00 horas, se acabaron los almuerzos gratuitos, un grupo de trabajadores de Los Faroles entregó todos los platos de comida, pero unas 60 personas se quedaron sin poder alimentarse. Las últimas manos en recibir alcanzaron una bolsa de fresco de Rosa Jamaica. Unas 400 personas esperaron por un plato de comida en este lugar. Quienes no alcanzaron, se movieron rápidamente a Rayuela, con el colectivo de la Olla Comunitaria, frente a la Casa Presidencial, sobre la 6ª avenida, en un nuevo intento por lograr comer algo, algunos de ellos ya en la fila seguramente recibieron en un lugar y en el otro.
El dueño del café y el bar Los Faroles financia la elaboración de todos los platos. Comenzaron a hacerlo desde mediados de marzo, cuando las medidas presidenciales por el COVID-19 se endurecieron con el toque de queda.
En la Olla Comunitaria otro esfuerzo independiente de ayuda, todos los días sirven unos 600 almuerzos, además de unos 400 desayunos, en este lugar la cantidad de alimentos que se sirve depende de las donaciones de alimentos que se recibe.
En la cola, de vuelta a Los Faroles, tres nicaragüenses cuentan su historia. Con el estado de calamidad perdieron su trabajo, se dedicaban a la elaboración de calzado en una fábrica, la empresa cerró. No pueden trasladarse de regreso a su país por el cierre de fronteras y por la falta de transporte público para hacerlo, así que deben de salir a resolver todos los días un plato de comida, mientras logran conseguir alguna actividad para trabajar y recibir un poco de salario.
Desde el domingo 19 de abril el discurso del presidente Alejandro Giammattei se ha centrado en iniciar las acciones para volver a la normalidad, la prioridad es la reactivación económica, afirmó en la conferencia de prensa que dio desde el municipio de Patzún el miércoles 6 de mayo. Todo esto ocurre a pesar del aumento considerable de casos positivos de contagio por COVID-19 en el país, de abril al 7 de mayo se triplicaron los casos a nivel nacional a 799 casos positivos y 23 personas fallecidas.
En las zonas populares de la capital comenzaron a colocarse decenas de banderas blancas y rojas. El Gobierno anunció que miles de familias recibirían las cajas con víveres donadas por las grandes empresas, algunas fueron distribuidas, pero la mayoría de personas afirman que ni una sola ha llegado a sus hogares.
Lo mismo ocurre con las personas que se dedican a la economía informal. El fondo de los mil quetzales ofrecidos por la presidencia no ha llegado, las municipalidades son las responsables de trasladar los listados de personas que se beneficiarían con el aporte económico. Aún sigue pendiente que la gente lo reciba.
Cada día la gente hace de nuevo la fila, unas 2 mil personas esperan comer por lo menos un tiempo, los voluntarios de la Olla Comunitaria y los trabajadores de Los Faroles se esfuerzan por entregar cientos y cientos de platos con comida, todo esto ocurre cotidianamente frente a dos lugares en donde el Gobierno toma decisiones sobre la atención de la pandemia, la ayuda que anuncia y las medidas a seguir tomando o las que va levantando.
