Opinión: Call Centers y el riesgo de la pandemia del Covid-19 en Guatemala
Por Steph Arreaga
Recientemente el presidente Alejandro Giammattei, a través de una conferencia de prensa el 14 de marzo, anunció la suspensión de todas las actividades públicas o privadas en las que pueda haber presencia de más de 100 personas, para evitar el contagio del virus.
A partir del anuncio presidencial ¿Qué medidas toman algunas empresas privadas? Particularmente, cuáles son las medidas que han tomado quienes dirigen los llamados call centers. Para muchos es conocidas las condiciones laborales de estos centros de trabajo. Se sabe, por ejemplo, que en un solo piso de trabajo puede haber hasta 1,200 personas.
En estos trabajos precarizados y tercerizados, ¿quién decide las medidas a tomar durante un estado de calamidad y alerta roja frente a una pandemia que está infectando a miles de personas en el mundo?
Según una publicación del medio escrito Prensa Libre, en 2015 se contabilizaban 75 call centers, con 35 mil trabajadores, según cifras del Ministerio de Economía. De acuerdo a sus estimaciones se prevé que para finales de 2020, estas empresas alcanzaran los 50 mil trabajadores.
En estos lugares los empleados laboran en espacios amplios, organizados en pequeñas módulos, separados por planchas de madera, y en otros casos ni siquiera tienen divisiones entre sí. Los ambientes cuenta con un sistema de aire acondicionado que evita que este se recicle. Además, el equipo de trabajo: computadora, auriculares o micrófono puede ser usada por más de dos personas en un solo día.
Los call centers explotan laboralmente a los trabajadores en muchos sentidos, pero es preocupante cuando en situaciones de emergencia como cuando ocurren sismos fuertes, les obligan a continuar con las llamadas telefónicas que atienden y les piden que se sienten y permanezcan en sus lugares.
Uno de estos centros, el más grande y con más empleados, ante la amenaza de la enfermedad del coronavirus, la única medida ha sido contratar a una sola enfermera para tomar la temperatura a sus trabajadores; la segunda medida, consiste en un mensaje publicado en las pantallas con que cuentan de los salones en las que se lee:
“Si presenta fiebre de 40 grados y síntomas acordes a la enfermedad será remitido a las clínicas de la empresa y la suspensión será de un día con goce de salario y luego será remitido al IGSS”.
Si las autoridades estatales no intervienen este tipo de actividades comerciales, se pueden convertir en el caldo de cultivo del virus del coronovirus. La concentración de personas en espacios reducidos ponen en riesgo al resto de personas que tienen contacto con sus empleados, especialmente con el uso del transporte público y otros espacios.
Es importante saber que una persona infectada con este virus, puede contagiar a miles si en estos lugares no se suspenden las labores presenciales de urgencia.