Los trabajadores y la cotidianidad del centro histórico en tiempos del Coronavirus
Por David Toro
Llegar al centro histórico de la ciudad o a cualquier punto de Guatemala se convirtió en toda una odisea el 17 de marzo. Con la suspensión del transporte público para prevenir la propagación del coronavirus, la única forma de llegar para quienes no tienen vehículo propio es pagar un taxi o caminar.
La 18 calle de la sexta avenida de la zona 1 se transformó. La mayoría de ventas estaban cerradas, los típicos gritos de los comerciantes para llamar la atención de los clientes no estaban presentes, a excepción de aquellos que han aprovechado la emergencia para intentar ganar un poco de dinero suficiente para sobrevivir vendiendo alcohol en gel y mascarillas.
Sobre la sexta avenida del centro histórico, la mayoría de comercios, que usualmente ofrecen música y sus vendedores están en la entrada ofreciendo sus ofertas, también estaban cerrados. Algunas tiendas de ropa y electrodomésticos no acataron las indicaciones del Gobierno y decidieron abrir sus puertas, y con ello, haciendo complicada la movilización para llegar a laborar de una cantidad importante de empleados.
Desconcierto es lo que reflejaba el rostro de los pocos empleados que tuvieron que trabajar a lo largo la sexta avenida, todos con las persianas a medio abrir para prevenir recibir llamados de atención de la policía, y además preocupados porque estos 15 días de cuarentena impactan directamente en sus bolsillos, ya que en muchos casos los trabajdores, dependen de las comisiones de la cantidad de ventas para poder llegar a fin de mes y pagar los gastos de sus hogares.
Más adelante en el recorrido sobre la sexta avenida era notable la ausencia de las personas que se ganan la vida haciendo malabares en los semáforos, este sector que es uno de los más transitado diariamente por peatones lució vació. Los pastores que suelen dar sus sermones al aire libre pedían a los pocos transeúntes “orar a Dios por la salvación de Guatemala”, pero casi nadie parecía escuchaba el mensaje.
Algunas personas hacían colas en la Despensa Familiar, localizada a la altura de la 6ª avenida y 9ª calle, y mientras esperaban, algunos aprovechaban para revisar el teléfono celular y compartir con sus conocidos noticias sobre el coronavirus. Algunos se muestran indiferentes mientras que en otros es evidente que les es imposible guardar la calma ante la enfermedad del coronavirus que ha sido manejado tendenciosamente por muchos medios de comunicación en redes sociales.
En el mercado central, ubicado entre la 9 avenida entre 6 y 8 calle de la zona 1, la afluencia de compradores no disminuyó notablemente, “de momento no hemos visto ningún problema o una baja en las ventas, veremos qué pasa en los siguientes días”, mencionó un vendedor de carne, que cubre su boca con una mascarilla sanitaria, y usa guantes especiales atendiendo las medidas higiénicas recomendadas por las autoridades.
En el área de frutas y verduras la dinámica aparenta lucir como de costumbre, el único inconveniente, según relató una vendedora, fue que un cargamento de fresas y otras frutas que venían de occidente no llegó porque la persona encargada de llevarlas al mercado realiza sus viajes en transporte público y debido a las restricciones no recibieron el cargamento.
El mercado atendió el martes en su horario habitual, las puertas fueron abiertas desde las 7:00 a.m. y se cerraron a las 17:00 p.m. La variante se pudo observar en el área de artesanías. La mayoría de comerciantes decidió cerrar sus negocios después del medio día, debido a la poca cantidad de clientes que visitaron está área del mercado, que es visitada mayormente por turistas.
En una conferencia de prensa en el Ministerio de Gobernación (Mingob) Elmer Hernández, subdirector del Instituto Guatemalteco de Turismo (INGUAT), informó que hay tres mil turistas adentro de Guatemala y que podrán salir a través de la frontera de Belice o por México vía terrestre, muchos de los turistas que quedaron dentro de Guatemala no han sido ubicados ya que no dieron la ubicación específica de su destino.
En algunas instituciones se siguen prestando servicios, antes de ingresar funcionarios ponen en práctica un protocolo sanitario, por ejemplo en el Ministerio de Gobernación, la Policía Nacional Civil (PNC) realiza las pruebas, toma la temperatura y si alguien presentara fiebre por arriba de los 39 grados, será enviado a un centro asistencial para evaluar su estado.
Debido a denuncias de trabajadores de centros de atención al cliente y de la industria de textiles, sobre el incumplimiento de medidas de seguridad e higiene de parte de sus patronos, el diputado Román Castellanos, de la Bancada Semilla, y la defensoría de trabajadores del Procurador de los Derechos Humanos (PDH) pidió a la inspección general de trabajo del Ministerio de Trabajo (Mintrab) que se verifique la situación de hacinamiento de estos centros de trabajo y que se garantice cumplir con las normas de salud necesarias.