Familias de la colonia la Esperanza en la zona 7 capitalina denuncian falta de agua
Por Aj Ral Ch’och’
En la ciudad de Guatemala la falta de agua potable afecta de forma directa la vida de muchas personas. Uno de esos casos perjudica a más de 50 familias de la colonia La Esperanza, ubicada en la zona 7 de la ciudad capital. La escasez no es el único problema pero ahora deben sumar que sin ese vital recurso, las medidas de protección y prevención del COVID-19, son casi inexistentes y están en riesgo frente al avance de la enfermedadad de que la hasta el 29 de marzo en cadena nacional el Gobierno había confirmado 36 casos de personas infectadas y 1 mil 400 personas en cuarentena.
Las mujeres de La Esperanza han intentado de muchas formas que la Municipalidad capitalina les ponga atención y resuelva el problema de la falta del servicio. Enviaron varias solicitudes al alcalde Ricardo Quiñónes y a Crista María Fonceca Ferraté, Gerente General y Secretario de la Junta Directiva de Empagua, pero hasta hoy no han obtenido respuesta.
“Necesitamos el agua señor alcalde y señora directora de Empagua, escúchenos por favor, yo creo que es de ponerse la mano en la conciencia y ponerse en el lugar de los demás”, declaró Carlota López, una vecina de esa colonia. La necesidad obliga a los ancianos, niños y mujeres embarazadas a salir de las casas, para comprar a 1 quetzal el garrafón de agua con vecinos de colonias cercanas y al mismo tiempo se exponen a que en cualquier momento puedan contagiarse con el virus del COVID-19.
Desde el mes de diciembre de 2019 ha escaseado el agua potable en esta zona de la ciudad a pesar de que los vecinos los vecinos pagan el recibo de agua puntualmente cada mes. “Le pedimos a la municipalidad y a Empagua que nos mande el agua en esta colonia, el recibo esta siempre al tanto ahí de cada mes, y nosotros tenemos que ver cómo pagarlo”, relató doña María Estela Set, otra de las vecinas afectadas del lugar.
Ante la pandemia del Covid-19 en la ciudad de Guatemala, el Gobierno en conferencia de prensa decretó el 5 de marzo Estado de calamidad en todo el país, para prevenir la expansión del coronavirus y el 22 de marzo también se decretó la medida de toque de queda en el horario de 16:00 a 4:00 horas, luego el 29 de marzo se amplió para más días, por lo que culminara hasta el 12 de abril.
A pesar de las estrictas medidas decretadas por el Gobierno para evitar la propagación de este virus, siguen aumentado cada día las personas infectadas y ya se registró el fallecimiento de un hombre de 85 años, originario del departamento de Quiché.
La escasez del agua potable en medio de esta pandemia y del estado de calamidad por el COVID-19, pone en riesgo la vida de decenas de familias en zonas populares altamente habitadas. Si el agua no les llega tendrán que enfrentar muchos problemas para evitar el contagio.
Para las familias es un esfuerzo grande resolver las actividades diarias sin agua y ahora frente al COVID-19 la preocupación es más grande. Algunos vecinos han restringido la venta de agua a las familias que sufren de escasez especificamente a las que se ubican en la parte alta de la colonia. A pesar de la difícil situación, las personas están acatando la orden del Gobierno y antes de que llegue el horario del toque de queda ya nadie sale a buscar agua y se resguardan en sus viviendas.
