¿Existió negligencia de las autoridades de Patzún en el manejo de la crisis del COVID-19?

Prensa Comunitaria KM169
7 min readApr 9, 2020

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Por Andina Ayala y Nelton Rivera

El primer caso de COVID-19, en el departamento de Chimaltenango, se conoció el 4 de abril de 2020, a 81 kilómetros de la capital, en el municipio de Patzún, mayoritariamente habitado por el pueblo Maya Kaqchikel. La noticia fue confirmada un día después por Hugo Monroy, jefe de la cartera de salud, quién además dijo que se trataba del primer caso local, es decir, el primer paciente que no ha salido del país, ni ha tenido contacto con otras personas que lo hayan hecho. Pero la población, especialmente las del centro del municipio, opinan lo contrario.

Durante los días siguientes a la conferencia de prensa realizada por el alcalde Guadalupe Cojtí Xulú, varias voces locales manifestaron su inconformidad a través de las redes sociales. Están en desacuerdo con el manejo gubernamental de los casos registrados como positivos en el municipio, porque según ellos, las autoridades están ocultando que el alcalde municipal junto a varios miembros del concejo y su cuñado, salieron del país a mediados del mes de marzo.

Las fuentes consultadas, quienes prefieren el anonimato, coinciden en que el alcalde y el caso número 60 de COVID-19 viajaron a Tapachula, México, que trajeron de allá productos de contrabando que después repartió en distintas aldeas a personas afiliadas al partido. De confirmarse que viajaron a la frontera podría desvanecerse la versión oficial de que los casos positivos –cuatro en Patzún del día 4 al 6 de abril- sean comunitarios.

Una fuente local, afirmó que al alcalde no lo habían visto desde hace tres semanas, debía de estar en cuarentena y la rompió por la conferencia de prensa frente al edificio municipal el 4 de abril.

Cojtí centró su trabajo fuera de la cabecera municipal, porque la mayoría del pueblo rechaza su gestión, de esa cuenta nuestra fuente, sostiene que la municipalidad no quiso tomar las medidas sanitarias necesarias y urgentes. Por ejemplo, el mercado había mantenido una actividad sin controles, en el toque de queda no se garantiza que la población lo acate, porque solamente hay dos radiopatrullas para todo el municipio.

Las autoridades permitieron que la familia de una persona fallecida en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) en Guatemala, realizara un velatorio el día 20 de marzo en el centro de Patzún, a pesar de que estas actividades están prohibidas por el estado de calamidad y el toque de queda ordenados por el Gobierno. Ahora, afirman que hay 130 personas de Patzún bajo cuarentena porque estuvieron en el velatorio y en el entierro un día después, la fuente confirmó que en el mismo lugar estuvo el caso número 60, quién es sobrino del difunto y cuñado del alcalde Cojtí.

La fuente consultada en Patzún, confirmó que por lo menos tres personas de las cinco que fueron trasladadas al Hospital de Villa Nueva –padre, madre e hija son familiares del difunto- y estuvieron en el velatorio, donde también estuvo el caso número 60, incluso saben que otro familiar -también oirginario de Patzún- llegó de la ciudad capital al velorio y que en este momento se encuentra en un hospital privado en la capital por COVID-19. El Ministerio de Salud no lo ha confirmado como uno de los casos de Patzún, afirmó nuestra fuente.

De confirmarse esta versión estaríamos hablando de dos casos por importación, que coincidieron en el mismo lugar el 20 de marzo con el grupo de personas trasladadas al hospital de Villa Nueva y con un centenar en cuarentena.

La fuente consultada afirma: “hagamos la cuenta: las personas trasladadas a Villa Nueva dan positivo a COVID-19 precisamente 15 días después de participar en un velatorio multitudinario, ese es precisamente el tiempo clínico en que la enfermedad se hace visible”.

El pueblo Kaqchikel solicita al alcalde dar la cara

Para la población, el alcalde de Patzún se lava las manos diciendo que es un caso comunitario. Para no admitir que desde el comienzo de la crisis no acató las medidas de contención ordenadas por el Gobierno, y que además, incurrió en la irresponsabilidad de viajar a la frontera con México junto al cuñado y otras personas, regresar al municipio y no hacer la cuarentena.

Según la antropóloga Lilia Cap, el ejemplo más claro ha sido el mercado municipal, donde todos los domingos se aglomeraba la gente y no se informó sobre el uso de mascarillas, “algunas personas sí lo hacían, pero no por una campaña que viniera del gobierno local”.

La fuente uno que prefirió no ser nombrada, explicó, que la alcaldía tiene un rompimiento con el casco urbano de Patzún, “Cojtí, tiene 8 años en el cargo, lastimosamente compró de alguna manera a todas las aldeas. Otros temas de corrupción le rodean, pero el más urgente es la negligencia que como autoridad ha cometido con esta crisis de salud y que ahora tienen a todo el municipio militarizado”.

La antropóloga señala que las cosas en la vida comunitaria son de otra manera. “En nuestra lógica no cabe la idea de cerrarle las puertas a un familiar. Con las personas mayores es un poco difícil, porque ellos no manejaban las redes sociales, no se informaron, hasta que pasó esto la gente empezó a creer que la enfermedad existe. Con el dolor de nuestro corazón tenemos que cerrarle las puertas a nuestra familia, tenemos que entender”.

La enfermedad implica un choque cultural, sumado a esto, la municipalidad no tuvo estrategias adecuadas de comunicación. Para Cap, todo esto empeora porque no se dice la verdad, no se informa.

Indignación, enojo y miedo

En las comunidades, todos conocen bastante bien a sus autoridades. Cap, se muestra enfática: “nosotros conocemos bien al alcalde y que es del partido de Giammattei. La gente estaba enojada y lo culpó de no haber tomado las medidas de aislamiento. Ahora la información oficial está diciendo la versión que no les va a perjudicar”.

Para la fuente uno, el alcalde Cojtí cuenta con la protección del gobernador departamental, Juan Carlos Ruwet Castellanos, de 35 años de edad, y por el diputado Maynor Gabriel Mejía Popol, ambos del partido Vamos, por lo tanto tendría el respaldo del presidente Giammattei.

Sobre el gobernador departamental Ruwet Castellanos pesa un antejuicio, cuando fue alcalde municipal de Parramos, Chimaltenango, en la administración pasada. Ruwet llegó a la alcaldía en 2015 a través del partido FUERZA, un partido estrechamente vinculado a un grupo de militares.

Un velorio coincide con la incubación del virus

El día 6 de abril , bajo la presión social, el alcalde finalmente reconoció en la radio Emisoras Unidas, que el caso 1 de Patzún, número 60 a nivel nacional, corresponde a su cuñado, de 39 años de edad.

El alcalde guardaba cuarentena, según información proporcionada por el centro de salud, “imagino que no está respetando la cuarentena, y hasta el día de hoy no sabemos si está aquí en su despacho o en Villa Nueva”, agregó la fuente uno.

Ana Lucía Gudiel, la comunicadora del Ministerio de Salud, sostiene que, “el caso es comunitario porque no tuvo ningún nexo con ninguna persona que viajó”. Le preguntamos si tienen conocimiento si el caso 1 viajó y respondió “el MSPAS hace la investigación correspondiente y que no viajó, ni tuvo nexo con alguien que lo hizo”.

El presidente Giammattei en conferencia de prensa que ofreció la noche del 6 de abril, tan solo dos días después de confirmado el caso 1 de COVID-19 en Patzún, afirmó que son 9 casos en total los confirmados hasta el día 6 de abril.

El cordón sanitario según el Ministerio de Salud

Buscamos conocer si el alcalde Cojtí guarda cuarentena domiciliar o en algún centro de salud, el canal oficial para periodistas se limitaron a responder: “sí . Como todo el municipio”.

Preguntamos también por la posibilidad de contagio, si el alcalde tiene restricciones específicas o si son las mismas para toda la comunidad a lo que Gudiel respondió: “¡Claro! todos tienen la misma medida”.

Hasta el momento esperamos conocer cuáles son las medidas exactas del cordón sanitario para el municipio de Patzún, ya que nuestras fuentes explican que al alcalde no se le ha visto en público y la población guarda aislamiento. Solamente salen si es necesario y deben usar mascarilla.

La cuarentena, en cambio, aplica cuando una familia o una persona tiene estrictamente prohído salir, por considerarse un caso sospechoso y por haber tenido contacto con uno de los casos que dieron positivo al COVID-19.

Para el cordón sanitario, se asignó la tarea al Ejército de que ninguna persona salga de dicho municipio. En opinión de Lilia Cap “aunque el alcalde diga que el Ejército es para proteger a la población, más bien parece que lo hace con doble intención, para protegerse él, de la gente que ha sido frontal”.

Frente a la irresponsabilidad del alcalde municipal, ahora la población está prácticamente aislada del resto del país, expresó la fuente uno, y considera que la medida fue tomada como una forma de proteger al alcalde por la indignación de la población y no para resguardar a la población del COVID-19.

En una publicación del medio digital LaRed, de fecha 6 de abril, el ministro Hugo Monroy, insistió en llamarlo caso comunitario, a pesar de no saber cómo fue el contagio. Afirmó, que el cuñado del alcalde Cojtí, estaba en el intensivo del Hospital de Villa Nueva y que hacen todo lo posible por mantenerlo con vida. Las fuentes afirman que él y uno de los trabajadores de la municipalidad, estuvieron repartiendo víveres en algunas aldeas previo a mostrar síntomas de la enfermedad.

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