Contagio masivo de deportados pone contra las cuerdas los protocolos que defendió el Gobierno de Giammattei
Por David Toro
Los vuelos de deportados han sido suspendidos nuevamente, aunque el Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex) no informó el motivo, el anunció se oficializó el 16 de abril pocas horas después de que la agencia de noticias Associated Press (AP) informara que 44 de 76 personas de un vuelo que arribó a Guatemala proveniente de Texas el pasado lunes dieran positivo por coronavirus.
Los vuelos que transportan a personas deportadas se reanudaron el lunes 13 de abril, luego de la pausa de Semana Santa ingresó un vuelo proveniente de Brownsville, Texas, con 76 guatemaltecos, todos fueron aislados y pasaron 2 noches en colchonetas acomodadas en el piso del tercer nivel del Aeropuerto La Aurora.
Ayer por la tarde la agencia estadounidense de noticias AP publicó que un miembro del Gobierno confirmó que 44 personas de este vuelo dieron positivo por la COVID-19, ante ello, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) no respondió las dudas al respecto y el canciller Pedro Brolo anunció que nuevamente las deportaciones quedan suspendidas indefinidamente, pero tampoco confirmó que fuera la causa del contagio masivo.
Esa misma noche, Carlos Sandoval, secretario de Comunicación social de la Presidencia, anunció que Guatemala registra 214 casos de coronavirus confirmados y 7 muertes, pero no mencionó nada sobre los 44 migrantes que dieron positivo y se limitó a decir que volverán a realizar la prueba de COVID-19 a los deportados.
Hasta la noche del pasado jueves, 223 guatemaltecos deportados por Estados Unidos durmieron en el albergue deportivo Ramiro De León Carpio, ubicado en la zona 13 de la ciudad de Guatemala, en la mañana los migrantes fueron visitados por familiares que les dejaron comida ya que denunciaron que no les dan el alimento necesario.
El Gobierno de Guatemala no ha oficializado que 44 deportados de un solo vuelo dieron positivo esta semana, además esto sucedió tan solo 24 horas después de que el canciller Brolo defendiera que han seguido los mejores protocolos sanitarios en conjunto con las autoridades estadounidenses, luego de que el ministro de salud Hugo Monroy admitiera que en la mayoría de vuelos vienen personas con tos y fiebre alta y además admitió que en un solo vuelo el 75% de los pasajeros eran positivo de la enfermedad.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), informó a medios estadounidenses que el Centro para el Control y Prevención de enfermedades (CDC) tiene delegados en Guatemala que buscan confirmar que hay deportados que dieron positivo.
¿Cuánto durará la nueva suspensión?
Estados Unidos detuvo el envío de migrantes el 16 de marzo, pero el 19 del mismo mes los reanudo, según ellos, aplicando los mejores protocolos sanitarios que se discutieron en una mesa que fue integrada por representantes de ambos países. A pesar de ello, al menos tres guatemaltecos hombres adultos que llegaron en un vuelo del 26 de marzo de Meza, Arizona, dieron positivo por COVID-19. Los vuelos fueron suspendidos, pero solo duró dos días y Estados Unidos comenzó a enviar un promedio de dos vuelos diarios.
El ministro de salud Hugo Monroy había pedido que los vuelos no vinieran con más de 25 personas, pero la medida no fue considerada y cada vuelo en promedio trae entre 70 a 100 personas y con el contagio masivo de 44 retornados esta semana, crece la incertidumbre de cuánto tiempo pasará para que las autoridades estadounidenses empiecen a enviar más deportados.
Desde el 13 de marzo cuando se detectó el primer caso de COVID-19 en Guatemala hasta el 16 de abril, Estados Unidos ha enviado a más de 1,600 guatemaltecos en 23 vuelos diferentes, en su mayoría procedentes de Brownsville, Texas y Arizona, también han ingresado vuelos de Luisiana, donde al menos 8 migrantes detenidos por ICE han dado positivo.
El Gobierno de Alejandro Giammattei no ha realizado pruebas de COVID-19 a todas las personas deportadas, hasta esta semana, durante la llegada de los más de 15 vuelos recibidos en la segunda quincena de marzo, solo se le realizó pruebas a aquellos que presentaban síntomas y a los demás se les permitió ir a casa a una cuarentena domiciliar, las medidas fueron extremadas hasta que ingresó el vuelo de Bronwsville donde el 60% de los pasajeros venían infectados.
